Las vistas se vuelven increíbles una vez que estás arriba, y cuando el sol empieza a salir dando luz a las montañas, la recompensa de tal esfuerzo esta servida.
Durante la subida, más bien llegados prácticamente arriba hay un par de puestos donde tomarse un té o comprar agua, galletas… Una vez arriba hay que acordarse de bajar, y seguro que os acordaréis de la bajada. Ya que es mucho más dura que la subida.
El resto es ir con el frontal a oscuras, subiendo una montaña. Pero eso sí, cuando estás arriba con esas vistas increíbles, ¡qué te quiten lo bailao!