Nuestro primer año de viaje

¿Dónde comemos hoy? ¿qué visitamos mañana? o ¿dónde dormimos esta noche? Después de estar un año viajando estas son las únicas preocupaciones que tenemos a día de hoy, actualmente en Agra, ciudad de la India donde se encuentra el Taj Mahal.

Viajar durante un año parece mucho tiempo para quien lo ve desde casa, pero para nosotros ha pasado rapidísimo. Tanto que si acabara hoy mismo el viaje, nos sabría a poco y lo más seguro que no lo aceptásemos y continuásemos viajando.

Hemos pasado por 7 meses de duro trabajo en Bournemouth, y actualmente estamos casi en el ecuador de nuestro viaje de 10 meses por el sudeste asiático, completando así 1 año de viaje. Habiendo estado 1 mes en Sri Lanka, 3 meses en Tailandia, donde hemos conseguido cursos profesionales de buceo, hecho workaway y visitado amigos, hasta llegar a la India donde nos esperan 2 mesecitos en este país de genial locura.

Cuando decidimos empezar por Inglaterra, sabíamos que esto de viajar nos iba a gustar mucho y que sería una buena experiencia, pero jamás imaginábamos qué tanto y a este nivel.

Empezamos sin saber cómo, ni qué, ni dónde y casi sin recursos. Pero tras haber pasado ya un año, ya no nos parece nada raro cambiarnos de país, de habitación, pararnos a trabajar en una ciudad para luego visitar otra… Se ha vuelto nuestra rutina. Soñada rutina.

Con un año de viaje a la espalda y habiendo aprendido una infinidad de cosas.

Como por ejemplo el inglés

Cagaditos estábamos en nuestras primeras entrevistas de trabajo en Bournemouth, donde nuestra única estrategia era decir yes yes yes a todo y esperar con suerte entender algo.

Ahora que lo vemos con distancia nos parece divertido, pero en su momento no tenía nada de divertido e incluso, a veces, llegábamos chafados a casa por no entender un carajo de inglés. 

Y ahora que ha transcurrido un año viajando, hasta nos hicimos cargo un par de días de un hostal de habla 100% inglesa. Por lo que hemos aprendido inglés a raudales, y no precisamente por haberlo estudiado, sino más bien por tener la necesidad de hablarlo. Además que con un inglés más fluido conoces a mucha más gente. Y todo lo que eso conlleva.

Flexibilidad

Esta ha sido la evolución de nuestro plan inicial al actual. Justamente hemos salido ganando en la evolución del viaje, pero no siempre ha sido así y no por ello nos hemos enfadado o visto truncados nuestros planes.

Inglaterra > Australia

Inglaterra > 1 mes Sri Lanka > 3 meses Tailandia > 7 meses Edimburgo > Australia

Inglaterra > 10 meses sudeste asiático > Australia

Simplemente nos amoldamos a lo que hay y a lo que podemos hacer. Al fin y al cabo estamos viajando sin fecha de vuelta con lo que nos da lo mismo visitar primero unos países y después otros o viceversa. Total, todo lo que vemos siempre es nuevo, y de eso se trata.

Corfe castle

También hemos aprendido a ser flexibles en muchas otras cosas como, por ejemplo, en la comida. Ya que en el caso de Sri Lanka la variedad de comida local se reducía a 5 platos y quieras o no, aburre comer siempre lo mismo. Pero no nos quedaba otra. O aceptar un tatuaje regalado de precio en el mismo restaurante donde estábamos cenando.

Y así con todo lo que se nos plantea diariamente, sabemos que la gran mayoría de cosas no dependen de nosotros o pueden no gustarnos y, muchas veces, no queda otra más que amoldarse.

Anécdotas

Nada como empezar a viajar por países con culturas y costumbres totalmente diferentes a las nuestras como para que cada día sea una aventura. Y un año viajando dan para muchas historias.

Es verdad que no todo es bueno y bonito. A veces nos hemos visto arrastrando una moto con sidecar más kilómetros de los que quisiéramos, bajo los 33ºC de un justiciero sol por la selva de Tailandia. Y otras encuentras a una familia bañándose en un rio de Sri Lanka y te invitan a cenar a su casa.

Vamos, que desde que empezar a viajar nos han pasado una infinidad de cosas, y desde luego las malas no eclipsan las buenas.

A quién no le puede gustar nadar con tortugas gigantes en Hikkaduwa o ser embestid@ por vacas en Agra.

La gente que conoces

Cuando hacía poco que habíamos llegado a Inglaterra, nos sentíamos especiales y prácticamente únicos de estar haciendo realidad el sueño de viajar alrededor del mundo. Como si hubiésemos descubierto América.

Pero rápidamente aterrizamos de ese sueño y descubrimos que mucha gente hace lo mismo. Incluso más gente de la que imaginábamos.

Cada uno con su historia, motivo y recursos totalmente diferentes unos de los otros. Lo cual no deja de enseñarnos distintas formas de viajar y no paramos de conocer gente con quien compartimos intereses comunes y de los cuales aprendes cosas increíbles.

Sin olvidar lo que gusta cuando mantenemos el contacto con personas con las que solo nos hemos cruzado un par de días en un mismo hostal y hemos congeniado perfectamente.

Nuevas puertas

Cuando empezamos este viaje teníamos la idea de acabar montando con los años algún tipo de negocio en el extranjero, o al menos, traer ideas que llevar a cabo en Mallorca, mientras desarrollábamos nuestras profesiones.

Y ahora que llevamos 1 año viajando, no paramos de ver como gente de cualquier país se arma de valor y decide montar lo que sea en el país que sea y consigue llevarlo a cabo. Que cuanto menos, nos hace ver que es posible. Lo cual es una suerte increíble el no parar de aprender de todas ellas.

Lo rápido que te acostumbras a todo

Lo raro que se hacía vivir en una habitación los primeros meses en Inglaterra, y lo normal que se nos hace ahora el no tener más que una mochila y una habitación alquilada para un par de noches.

Hemos aprendido de forma natural a acostumbramos prácticamente de manera instantánea a cambiar de gastronomía, costumbres, palabras básicas, precios, monedas…

Como por ejemplo, saber que somos inmigrantes en todos los países a los que vamos y que, a veces, si queremos estar más tiempo en uno necesitamos hacer visa run, como fue el caso de Tailandia. En el que hicimos un recorrido en patera cruzando la frontera por un río de Myanmar como si fuéramos totalmente ilegales.

O por ejemplo en Bournemouth, lo normal es que si hay un pelo en el plato, le dices al camarero complain y te hacen un 50% de descuento, en cambio en India, cuanto más sucia está la olla más bueno está el té chai.

Conclusión

Aunque creemos que hemos acertado totalmente en el momento de nuestra vida en el que empezamos a viajar. Pensamos que ojalá lo hubiéramos empezado antes. Ya que este año viajando ha pasado rapidísimo de lo que hemos disfrutado haciendo lo que más nos gusta.

Aunque empezamos el viaje solo con el dinero justo para sobrevivir un par de meses en Inglaterra sin trabajar, eso no ha supuesto ningún problema. Rápidamente nos hemos adaptado a las circunstancias y hemos aprendido a viajar barato a la vez que hemos ido ganando recursos.

Con lo cual podemos afirmar que cualquiera que quiera puede viajar al rededor del mundo sin ningún tipo de problema y tenga los recursos que tenga.